El Chi Kung o Qi Gong es una terapia medicinal de origen chino basada en el control de la respiración. Ayuda a eliminar las tensiones y el estrés, siendo un auténtico caudal de paz que aporta salud y vitalidad.
Existen en la actualidad, muchas personas que tienen problemas en la visión.
La idiosincrasia occidental, trata de reparar estas disfunciones principalmente a través de la utilización de anteojos correctivos, los cuales nos permiten mientras los utilizamos recuperar la capacidad normal de visión.
Las razones por las cuales las disfunciones en la vista ocurren, pueden ser muchas y variadas, sin embargo se ha comenzado a comprobar que existen relaciones entre el estado emocional, la personalidad, la actividad física y los problemas visuales.
Todas las clases de visión deficientes representan modalidades de estrés con las que la persona interactúa en su medio ambiente.
Los distintos desórdenes visuales han sido identificados por el Dr. Bates , Martin Brofman entre otros como tensión excesiva en determinados músculos extraoculares (los que rodean los globos oculares).
El Ojo
El ojo está conectado al cerebro por el nervio óptico, el cual consiste en un conjunto de más de un millón de fibras nerviosas. La córnea (la parte clara al frente) refleja los rayos de luz a través de la pupila hacia la lente. La pupila es la apertura circular negra en el iris. El iris, la parte de color, regula la cantidad de luz que entra ajustando el tamaño de la pupila. El ojo también contiene líquidos que bañan las diferentes estructuras y que ayudan a mantener una presión adecuada.
La cámara anterior, se encuentra llena del humor acuoso, una sustancia líquida. El ojo se puede dividir en tres capas (o tejidos). La capa blanca externa del ojo se denomina esclera. Esta es semejante a la cáscara de un huevo. Junto con la córnea, la esclera protege al ojo de traumatismos y mantiene la estructura delicada de los tejidos internos de ojo.
El tejido ocular que forma la capa intermedia, es la coroides, responsable del suministro de sangre a la pared del ojo y estructuras externas de la retina. Este tejido es responsable del transporte de nutrientes y oxígeno a la parte interna de la esclera y tejidos internos de la retina. La capa más interna es la retina, tejido delgado y traslúcido que está compuesto por diez capas microscópicas. La retina es responsable de traducir las imágenes de luz en impulsos eléctricos, los cuales son reconocidos y procesados por el cerebro. La mácula es el área de la retina responsable de la visión central.
El centro de la mácula se denomina fóvea, que es la responsable de la visión fina. La retina recibe imágenes de luz y las transmite al cerebro a través del nervio óptico. El cerebro interpreta estos mensajes como visión.
Alrededor de cada globo ocular existen seis músculos del ojo. Estos músculos son los que utilizamos para mover nuestros globos oculares en diferentes posiciones, y así ver en diferentes direcciones. Además, son ellos los que nos permiten realizar el correcto enfoque de nuestra vista, conjuntamente con el cristalino.
Por ejemplo, existen dos músculos en torno a cada globo ocular, los músculos oblicuos, que los circundan como un cinturón. Cuando estos músculos se aprietan, producen una compresión y por ende este se alarga. La tensión excesiva sobre tales músculos esta relacionada con la miopía.
Esta tensión, puede ser producida por diversos estados emocionales o por el stress.
Cuando estas situaciones se prolongan en el transcurso del tiempo, los músculos se van adaptando a ellas, tomando muchas veces una nueva forma supeditada por la situación de cada individuo.
Es posible sin embargo, restituir el tono apropiado a la musculatura ocular, y así de esta forma recuperar gradualmente la normalidad de la visión, volviendo a su estado original y normal.
Esta recuperación, es diferente para cada individuo, dependiendo del énfasis en la práctica de ejercicios correctivos, cambio de actitudes y gestos frente al stress.
Recuperación Visual
Monjes Taoistas mas de 2500 años atrás, desarrollaron técnicas gimnásticas y respiratorias para el mejoramiento de la salud y la longevidad.
Esta gimnasia llamada Qi Gong, permaneció secreta hasta hace poco, sobre todo en los sistemas de artes marciales o en religiones como el Budismo o el Taoísmo. Durante los últimos 20 años, estos secretos han sido accesibles para el público en general.
El Qi Gong, posee ejercicios para el mejoramiento de la salud general, y otras enfermedades mas específicas como los problemas de la visión, pero además puede ayudar a alcanzar la paz mental y espiritual.
Este tipo de ejercicios, nos ayudarán por un lado a conseguir el estado correcto y saludable de los músculos del ojo, pero además, mejorarán también su irrigación sanguínea y su lubricación.
La gimnasia ocular fortalece los músculos y mantiene ágiles los ojos, su realización metódica es una práctica de reeducación visual que permite mejorar la funcionalidad de los ojos y mantiene la capacidad visual en buen estado. Son también pues, beneficiosos para aquéllos que, a pesar de tener buena visión, quieran tonificar este órgano tan castigado en la vida moderna.
Si bien son unos ejercicios que requieren tiempo y paciencia. Es también un ejercicio de voluntad que puede aportar grandes beneficios; deben ir incorporándose a la vida diaria hasta que no comporten ningún esfuerzo, es decir, hasta que la reeducación visual haya conseguido su objetivo: recuperar la forma natural de mirar. A menudo el problema que se plantea es de pereza disfrazada en forma de falta de tiempo: siempre hay algo más urgente que hacer.
Pero la simplicidad de la mayor parte de estos ejercicios permite que sean realizados en poco tiempo y en cualquier lugar y momento. Los hay que ni tan sólo son ejercicios: dormir bien, con la luz apagada, evitar malas posturas... Cuidar nuestros ojos es una cuestión de atención y de tomar consciencia del propio cuerpo, observar qué es lo que nos lleva a enfermar y qué es lo que nos conduce a la recuperación. A la hora de cuidar de nuestra visión, es fundamental ante todo evitar todas aquellas situaciones que produzcan debilidad de la musculatura ocular: cansancio excesivo de los ojos, forzar la vista, malas condiciones de iluminación, bajar los ojos con frecuencia, falta de higiene de los ojos, uso de substancias nocivas para el embellecimiento, etc.
Son medidas que conocemos todos pero que quizá por su simplicidad se les otorga menos importancia de la que tienen. La prevención es sumamente importante, tanto para los ojos como para el estado general del cuerpo, es el primer paso ineludible hacia la curación. Antes de adquirir nuevos hábitos que puedan llevar a la recuperación, hay que ser consciente de aquéllos que nos han conducido a la situación actual, y deshacerse de ellos.
Hay distintas actividades que pueden ser de gran ayuda a la hora de llevar a término la reeducación visual, tales como el Yoga, el Tai Qi, o el Qi Gong. Este último, incluso cuenta con ejercicios específicos para mejorar la visión. Todas aquellas prácticas que trabajan la energía vital pueden resultar de gran ayuda, ya que tonifican y relajan todo el cuerpo, y nos llevan al estado más propicio para la recuperación y el mantenimiento óptimo de la salud y de los ojos.
En cuanto a los ejercicios, los hay de diferentes tipos: los activos, que persiguen un objetivo determinado, y los de relajación, que buscan este estado imprescindible para realizar los activos y mantener la vista sana. También hay otros factores que es importante a tener en cuenta y que es necesario combinar con los ejercicios, tales como los baños de sol, el aire libre, el agua fría, la gimnasia y una buena alimentación. La óptima observación de la respiración es otro elemento irreemplazable para la buena visión, no sólo por su papel en la relajación sino porque aumenta la circulación de sangre oxigenada que llega a los ojos. La poca importancia que se le da a la respiración no responde a su capacidad para ofrecernos una buena calidad de vida.
Podría probarse durante un tiempo, durante el cual tomar consciencia de la respiración y probar qué diferencia hay si en un momento de nervios hacemos una respiración entrecortada, o una profunda, lenta y regular.
Durante la realización de los ejercicios, hay que mantener una respiración profunda y acompasada, ya que a menudo, cuando se hace un esfuerzo ocular tiende a disminuirse o parar a intervalos la respiración, como si de esta manera se atendiera mejor lo que se está mirando, cuando es al contrario, ya perjudica a los ojos. Si se está leyendo un texto que resulta pesado, o extremadamente interesante, se tiende a minimizar la respiración, pero también en el acto de lectura normal la respiración acostumbra a ser poco profunda. Si durante una lectura se siente dolor en los ojos, sólo hay que probar de leer haciendo respiraciones profundas e inmediatamente se notará la diferencia, el dolor prácticamente desaparece y mejora la capacidad visual. Asimismo, los ejercicios de respiración son también un complemento excelente para los ejercicios visuales ya que, ayudan a la vez a la relajación. Los ojos se ponen en forma cuando el juego visual es distendido, sin tensiones ni cansancio.
Estas sencillas directrices de prevención son un soporte imprescindible, hay que, en contra de las clásicas afirmaciones del oftalmólogo, hacerse cada uno responsable del desequilibrio de sus ojos. Tomar consciencia y estar atento durante un tiempo de todo aquello que afecta la visión, de aquellos factores positivos y de aquéllos que agotan los ojos. Es posible que en un principio sea difícil determinar las sensaciones sutiles de los ojos, pero a medida que se vaya poniendo atención, crecerá la sensibilidad.
Si bien son unos ejercicios que requieren tiempo y paciencia. Es también un ejercicio de voluntad que puede aportar grandes beneficios; deben ir incorporándose a la vida diaria hasta que no comporten ningún esfuerzo, es decir, hasta que la reeducación visual haya conseguido su objetivo: recuperar la forma natural de mirar. A menudo el problema que se plantea es de pereza disfrazada en forma de falta de tiempo: siempre hay algo más urgente que hacer.
Pero la simplicidad de la mayor parte de estos ejercicios permite que sean realizados en poco tiempo y en cualquier lugar y momento. Los hay que ni tan sólo son ejercicios: dormir bien, con la luz apagada, evitar malas posturas... Cuidar nuestros ojos es una cuestión de atención y de tomar consciencia del propio cuerpo, observar qué es lo que nos lleva a enfermar y qué es lo que nos conduce a la recuperación. A la hora de cuidar de nuestra visión, es fundamental ante todo evitar todas aquellas situaciones que produzcan debilidad de la musculatura ocular: cansancio excesivo de los ojos, forzar la vista, malas condiciones de iluminación, bajar los ojos con frecuencia, falta de higiene de los ojos, uso de substancias nocivas para el embellecimiento, etc.
Son medidas que conocemos todos pero que quizá por su simplicidad se les otorga menos importancia de la que tienen. La prevención es sumamente importante, tanto para los ojos como para el estado general del cuerpo, es el primer paso ineludible hacia la curación. Antes de adquirir nuevos hábitos que puedan llevar a la recuperación, hay que ser consciente de aquéllos que nos han conducido a la situación actual, y deshacerse de ellos.
Hay distintas actividades que pueden ser de gran ayuda a la hora de llevar a término la reeducación visual, tales como el Yoga, el Tai Qi, o el Qi Gong. Este último, incluso cuenta con ejercicios específicos para mejorar la visión. Todas aquellas prácticas que trabajan la energía vital pueden resultar de gran ayuda, ya que tonifican y relajan todo el cuerpo, y nos llevan al estado más propicio para la recuperación y el mantenimiento óptimo de la salud y de los ojos.
En cuanto a los ejercicios, los hay de diferentes tipos: los activos, que persiguen un objetivo determinado, y los de relajación, que buscan este estado imprescindible para realizar los activos y mantener la vista sana. También hay otros factores que es importante a tener en cuenta y que es necesario combinar con los ejercicios, tales como los baños de sol, el aire libre, el agua fría, la gimnasia y una buena alimentación. La óptima observación de la respiración es otro elemento irreemplazable para la buena visión, no sólo por su papel en la relajación sino porque aumenta la circulación de sangre oxigenada que llega a los ojos. La poca importancia que se le da a la respiración no responde a su capacidad para ofrecernos una buena calidad de vida.
Podría probarse durante un tiempo, durante el cual tomar consciencia de la respiración y probar qué diferencia hay si en un momento de nervios hacemos una respiración entrecortada, o una profunda, lenta y regular.
Durante la realización de los ejercicios, hay que mantener una respiración profunda y acompasada, ya que a menudo, cuando se hace un esfuerzo ocular tiende a disminuirse o parar a intervalos la respiración, como si de esta manera se atendiera mejor lo que se está mirando, cuando es al contrario, ya perjudica a los ojos. Si se está leyendo un texto que resulta pesado, o extremadamente interesante, se tiende a minimizar la respiración, pero también en el acto de lectura normal la respiración acostumbra a ser poco profunda. Si durante una lectura se siente dolor en los ojos, sólo hay que probar de leer haciendo respiraciones profundas e inmediatamente se notará la diferencia, el dolor prácticamente desaparece y mejora la capacidad visual. Asimismo, los ejercicios de respiración son también un complemento excelente para los ejercicios visuales ya que, ayudan a la vez a la relajación. Los ojos se ponen en forma cuando el juego visual es distendido, sin tensiones ni cansancio.
Estas sencillas directrices de prevención son un soporte imprescindible, hay que, en contra de las clásicas afirmaciones del oftalmólogo, hacerse cada uno responsable del desequilibrio de sus ojos. Tomar consciencia y estar atento durante un tiempo de todo aquello que afecta la visión, de aquellos factores positivos y de aquéllos que agotan los ojos. Es posible que en un principio sea difícil determinar las sensaciones sutiles de los ojos, pero a medida que se vaya poniendo atención, crecerá la sensibilidad.